lunes, 13 de febrero de 2017

REFLEXIÓN SOBRE LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA


En la mayoría de las ocasiones, cuando oímos hablar de Educación Artística se nos remontan los recuerdos de la asignatura de plástica que cursamos en nuestra infancia.

Desde pequeño, siempre he tenido una predisposición y gusto por el dibujo, me encantaba dibujar y colorear y, aunque seamos minoría, pertenezco a ese grupo que conservamos esa afición.
He cursado cursos complementarios de dibujo artístico y técnico y participado en congresos y concursos de dibujo, en los cuáles siempre quedaba en las primeras posiciones.

En la actualidad, sigo dibujando como forma de evadirme y desconectar del día a día, intentando plasmar lo que veo u observo de la realidad. Además, dibujando me relajo.

Al pensar en la causa de que la mayor parte de los niños dejen de dibujar o dejen de tener ese gusto por las artes plásticas, pienso que se debe, en la mayor parte de las veces, por el profesor. Considero injusto que no haya una especialización o mención de Educación Plástica, como existe con la Música o la Educación Física. Este problema se ve reflejado no sólo en el hecho de que profesores que han estudiado otra especialización o estudios tengan que dar esa asignatura por el mero hecho de que no haya un especialista en artes plásticas, si no porque los alumnos ven esa actitud poco comprometida del profesor al explicar la asignatura, explicaciones, en mi caso, vagas y poco precisas, que se derivaban en actividades poco interesantes y educativas. Incluso, en ciertas ocasiones, puede derivar en el enfado del profesor durante la clase y adoptar una actitud pasiva y de poco interés en la materia. En definitiva, son los alumnos los que pagan la incompetencia del sistema educativo.

Creo que una de las causas por las que desarrollé ese afán artística se debe a mi contexto familiar ya que tanto mi padre como mi madre tienen como hobby las manualidades y el dibujo, por eso otorgo mucha importancia a la influencia del ambiente en la Educación Artística.

Considero de gran importancia la Educación Artística, el dibujo, los colores, el arte, el movimiento, saber mirar y aprender observando. Uno de los aspectos que saqué ventajosos de los cursos y actividades que realizaba complementarias a las oficiales del colegio era que aprendí a utilizar la vista como herramienta de aprendizaje y memorización. Gracias a estas prácticas desarrollé de gran manera la memoria fotográfica, que me es útil a la hora de estudiar.


¿Cómo tiene que ser un buen profesor de Educación Artística?

Para ser un buen profesor de Educación Artística lo primero sería, aunque parezca una obviedad, que fuese Maestro en Educación Artística para poder enseñar a sus alumnos todo lo que él sabe sobre la materia. Al no haber dicha especialización resumiré lo que para mi es indispensable en un buen profesor.

El objetivo de un buen profesor no tiene que ser terminar la jornada laboral e irse a su casa, sino conseguir un aprendizaje en los alumnos. No cualquier aprendizaje, un aprendizaje significativo que cambie los esquemas mentales de los alumnos y les haga reflexionar sobre la importancia de lo trabajado.

Un profesor con valores, entusiasmado con enseñar y aprender de sus alumnos. Apasionado por lo que enseña y quiere transmitir. Un maestro competente e involucrado en la acción docente. Que sea innovador y no tradicional intentando realizar actividades y sesiones interesantes que motiven y atraigan a los alumnos, esto hará que presten mas atención y por consiguiente tengan mas posibilidades de aprender.

Para mí, un buen profesor debe ser así. Éste es el profesor que me gustaría ser y éste es el camino que pretendo seguir.



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